
En el gráfico se puede observar que la evolución de la población dedicada a trabajar en el sector primario en España ha pasado de un 65% a solamente un 5% de la población activa total en tan solo un siglo.
A principios del siglo XX, la
gran mayoría de la población española vivía en el medio rural, y se dedicaba a
la agricultura como medio de subsistencia. En los primeros 30 años hay un
descenso de la población agraria debido al crecimiento industrial producido por
el desarrollo de la 2ª Revolución Industrial y el crecimiento de las ciudades.
En esta época la agricultura pasa de ser de subsistencia a ser una agricultura
comercial e industrializada ya que se empiezan a mecanizar las labores del
campo.
En los años de posguerra (1940-1950)
se produce un aumento de la población agrícola, debido a la destrucción y el hambre
provocados por la guerra civil, que empujan a la gente de nuevo hacia el medio
rural como medio de subsistencia otra vez.
Durante la dictadura de Franco
hay un crecimiento industrial importante y se produce una fuerte migración de
la población a las ciudades para trabajar en la industria y también se producen
migraciones desde el medio rural hacia Europa Occidental en busca de mejores
salarios. En este momento, España deja de ser una economía predominantemente
rural convirtiéndose en una economía urbana.
La evolución de la población
ocupada del sector primario, desciende de forma continuada a lo largo del siglo
XX y continua la tendencia en los primeros años del siglo XXI.
Este éxodo rural masivo esta
provocado provocado por el proceso de industrialización; la demanda de mano de
obra en la industria y la mecanización de la labores agrícolas provocan que la
reducción de la población activa en el sector primario haya avanzado
rápidamente hasta solo representar el 5% de la población activa total.
Por el contrario, y paralelamente,
la población que trabaja en el sector terciario, ha ido aumentando hasta
representar en la actualidad un 65% de la población activa. Esto es debido, en
primer lugar, a la evolución general de la economía española, con el aumento
del poder adquisitivo de las familias, lo que ha hecho aumentar la demanda de
los servicios por parte de estas. En segundo lugar han tenido importancia los
cambios experimentados por estos servicios como las mejoras en la sanidad o la
enseñanza. Además otros servicios como las telecomunicaciones y los transportes
han representado también una revolución para el mundo de las industrias y
servicios, mejorando el bienestar de las familias y haciendo estos servicios
más demandados cada día.
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